1) Cámbiate de Ropa No te la pases todo el día en pijama. Trabaja con tu ropa normal, así tu cerebro se activará y entenderá que es hora de trabajar.
Además, mejorará tu estado anímico y disposición a hacer tus deberes y cumplir con tus responsabilidades.
2) Espacio de Trabajo
Ten un espacio de trabajo definido.
Procura contar con la mayor cantidad de luz natural y organiza muy bien el lugar que ocuparás.
Evita trabajar en tu habitación, pues tu concentración no será la misma y, cuando termines tus deberes, tu descanso no será el óptimo, pues tu mente relacionará tu pieza como "lugar de trabajo".
3) Mantén una Rutina
Tal como agendas reuniones por videollamadas, agenda todas tus actividades y sigue un horario.
Define un horario para levantarte, hora de almuerzo, breaks, hasta que hora dura tu jornada laboral y también a qué hora realizas los deberes de tu hogar. La organización es clave.
4) "Estoy Trabajando"
Si bien, estás en casa, debes tener claro que igualmente estás trabajando y debes cumplir con tus responsabilidades de oficina, aun que no estés en ella.
Si vives en familia, pareja o con amigos, es bueno dejar bien definidos los tiempos (y espacios) de trabajo, así todos pueden funcionar de mejor manera.
5) Horario de Comidas Parte de organizar tu horario, es también saber cuándo debes alimentarte y nutrirte. Puede sonar bastante lógico, pero muchas veces en el ajetreo diario, postergamos nuestros horarios de almuerzo y/o breaks y eso genera impacto en nuestro rendimiento por fatigas. No almuerces frente al PC, tómate ese tiempo como descanso, aprovecha de descansar y despejar tu mente para continuar luego con tus deberes.
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